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martes, 4 de mayo de 2010

Los pescadores de Luisiana se preparan para lo peor.


Justo en los días en que deberían comenzar a faenar, los pescadores de esta pequeña localidad, la última antes de la desembocadura del río Misisipi , se pasan las horas sentados en sus pequeños barcos. El Gobierno les ha prohibido trabajar. A día de hoy, Washington ha ordenado ya el cierre a la pesca de más de 17.000 kilómetros cuadrados de aguas costeras. Estos trabajadores llevan semanas preparándose para el inicio de la temporada de la gamba, que comienza a mediados de mayo y acaba en diciembre. Y ahora, su única opción de mantenerse a flote, ante el inmenso vertido de aceite de la plataforma Deepwater Horizon, que se extiende impredeciblemente por el Golfo de México, es participar en las labores de limpieza organizadas por la petrolera responsable, British Petroleum.

El petróleo que se fuga de los restos hundidos de la plataforma no es grueso como el que afectó a las costas de Alaska en el incidente del Exxon Valdez en 1989. Se trata de lo que se llama crudo dulce, que contiene menos de un 0'5% de azufre, y que se reconoce por su aroma dulzón. Desde la semana pasada, BP está inyectándole a la mancha un diluyente químico que evita que ascienda a la superficie. Lo pescadores locales aseguran que, ahora que han mejorado las condiciones meteorológicas, después de un fin de semana de fuertes vientos, es probable que las corrientes del Golfo arrastren la mancha a las costas del noreste de Florida.

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